Usualmente, las exposiciones visuales se construyen en torno a un tema, desarrollado a lo largo de una serie o secuencia de imágenes pictórias. Cambia el tema, cambia la serie. Sin embargo, el artista muchas veces ancla su temática en un motivo. Una idea. Una excusa. El motivo es el examen de los predicados, de las situaciones que ganarán formas y colores. Movimientos, texturas y sentimientos. Plasmados y enmarcados. Por ello, el motivo se distingue del tema. Éste ultimo, es prisionero de la semántica, de denotaciones e interpretaciones mientras el motivo permanece libre, como un flujo. Un soplo de ideas que, al reiterarse en una obra recobra, como en la música o en la literatura, especial sentido. Y, hablará por la obra. Leitmotiv.
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